Luchando contra el cáncer

El cancer es, desafortunadamente, una de las principales causas de mortalidad en todo el mundo. De hecho, la International Agency for Research on Cancer estimó que solo en el año 2020, el año de la pandemia, se diagnosticaron más de 18 millones de casos nuevos de cáncer en todo el mundo. Sus estimaciones, teniendo en cuenta la evolución de la enfermedad, es que la cifra siga aumentando hasta los 27 millones en 2040. La mayor parte de los casos de cáncer son de mama, de pulmón y de colon/recto, seguidos por el de próstata, el de estómago y el de hígado. 

Detección precoz

Para aumentar las posibilidades de sobrevivir a la enfermedad, es fundamental apostar por la detección antes de que aparezcan los primeros síntomas. Esto permite tratar la enfermedad en sus etapas iniciales: de hecho, se estima que se podrían curar hasta un 90% de los casos de cáncer de colon y de recto si se detectasen de manera precoz. 

La detección en las fases m ás iniciales no solamente puede ayudar a garantizar la supervivencia: también evita tratamientos más agresivos. El diagnóstico precoz se lleva a cabo mediante programas de cribado a personas que, por su edad o género, tengan un riesgo más elevado a sufrir la enfermedad. 

Estilo de vida

Una vida sedentaria, la obesidad o el consumo de alcohol y tabaco aumentan el riesgo de padecer cáncer. Así, se ha demostrado que una alimentación equilibrada y la práctica de ejercicio físico son factores de protección de nuestro cuerpo ya que, además de reducir el riesgo de sufrir cáncer, permite una tolerancia mejor a los tratamientos y mejora la calidad de vida de los pacientes oncológicos.

En resumen, hay seis aspectos clave para prevenir el cáncer y cualquier enfermedad. Quizá el más importante es la alimentación, pero lo es también la calidad del descanso. Es necesario dormir las horas pertinentes y descansar ya que, si no se hace debidamente, cambian las preferencias alimentarias, las vías metabólicas nutricionales y reducimos la energia para hacer ejercicio físico.

En tercer lugar destaca la actividad física, que permite reducir el estrés, comer con moderación, metabolizar mejor los nutrientes que ingerimos y dormir mejor. Muy relacionado con la actividad física, destaca la gestión del estrés, que afecta a nuestro sistema inmune, y el entorno que nos da soporte social i emocional. Finalmente, cabe destacar el papel que juega nuestro entorno y, por tanto, la exposición a tóxicos ambientales. 

Con todo, sumándonos a la lucha contra el cáncer, queremos dejar de manifiesto que la prevención forma parte de las responsabilidades del sistema de salud y, también, de las propias de cada persona.