VINCLES: Un centro de referencia

El Centre de Dia Vincles lo fundaron dos psicogerontólogos en 2015. Desde entonces, han visto crecer el número de usuarios y de servicios gracias a la confianza que han depositado en ellos muchas familias del barrio. Carlos del Río, uno de los funddores, nos explica en profundidad cómo han conseguido sus hitos. 

¿Cuáles son los principales valores del Centro de Día?

En general, los centros de día independientes como el nuestro son recursos que cuentan con un equipo profesional y vocacional. Nosotros tenemos el objetivo de orientar el servicio a mantener a las personas con niveles de funcionalidad suficientes para continuar en su entorno familiar y comunitario el máximo tiempo posible. 

Por otro lado, asistir en un horario fijo asegura el cumplimiento de unas rutinas estables. Además, existe un control sobre la salud de la persona (constantes vitales, alimentación, medicación, estado físico y cognitivo). El recurso aporta un entorno social significativo y un grupo de referencia sobre lo que el que la persona vuelve a adquirir las interacciones sociales que se ven afectadas cuando alguien que se encuentra en situación de dependencia. Todo esto ayuda a reducir síntomas propios de la ansiedad y la depresión. El equipo puede aportar consejos y herramientas para ayudar a los familiares cuidadores a contar con más seguridad y la estancia en el centro de día acostumbra a ser útil para reducir la sensación de sobrecarga del cuidador. Finalmente, el centro de día promueve que las personas se queden en su barrio, ayudando a mantener así el comercio de proximidad. 

¿Cuáles crees que son los valores añadidos que hacen que las personas confíen en vosotros?

En nuestro caso, el valor añadido viene representado por el hecho que somos el primer centro de día para personas mayores creado y dirigido por psicólogos expertos en el envejecimiento (psicogerontólogos). Somos el perfil que comprende el proceso de envejecer desde un punto de vista más holístico, que conoce las dinámicas propias del momento vital y que interviene sobre el bienestar psicológico de la persona, entendiendo que este depende del equilibrio entre todos los ámbitos de su vida. 

El sector de la atención a las personas mayores se encuentra en un momento de cambio en su marco de intervención. Se está pasando del tradicional modelo biomédico, que pone el foco de intervención sobre las patologías, al modelo de atención centrada en la persona, en el que el foco se pone sobre sus necesidades psicológicas y sus motivaciones internas. Este modelo viene de teorías de la Psicología y, con ello, el psicólogo es el profesional más indicado para liderar equipos de trabajo en este sector. 

¿Cuáles son los cambios que experimentan los usuarios del centro de día?

Las familias con las que trabajamos refieren siempre, en las primeras semanas, una persona más conectada, más comunicativa, más relajada, con mejor estado físico y con mejor estado de ánimo. A menudo son familias que están viviendo un duelo en cuanto a la pérdida funcional progresiva de nuestro usuario y, por eso, cualquier tipo de mejora les aporta un respiro. 

Es importante también hacer mención a los cambios que se pueden observar en las personas que tratamos indirectamente. Es decir: los familiares cuidadores. Se tiene que tener en cuenta que, en muchos casos, viven la situación de manera muy disruptiva y, en muchos otros, ya se dan por vencidos y no ven la salida. Integrar con éxito a una persona en nuestro centro de día implica que la familia tiene tiempo para cuidarse a sí misma, para trabajar, para descasar o lo que sea oportuno. Y esto revierte en una tranquilidad que antes no teníamos. 

¿En qué aspectos de la persona ponéis especial incidencia?

Trabajamos mucho la memoria. Para hacerlo con éxito, lo primero que se tiene que hacer es abordar el estado emocional. Para conseguir que los usuarios se vinculen a dinámicas de estimulación de la memoria, tenemos que evitar que estén en un estado de ansiedad. 

En este sentido, nosotros entendemos que la clave para conseguir que se vinculen a una terapia y logren sus objetivos es establecer relaciones satisfactorias. Por eso, bautilizamos el centro de día con el nombre 'Vincles': porque nosotros aportamos confort en un espacio agradable, pero la necesidad de inclusión y de afecto la cubren los lazos de confianza, los compañeros. Nuestros problemas se acaban cuando la señora María tiene ganas de venir para hacer una actividad con la señora Pepita. 

Finalmente, complementamos el marco de atención tratando de cubrir la necesidad de sentirse autónomos y útiles por medio del empoderamiento. Quien disfruta escribiendo textos elaborados o aportando cuestiones de cultura general, puede hacerlo. También tiene cabida el que disfruta ayudando a los otros o la que ha disfrutado siendo ama de casa. En Vincles trabajamos para promover que ellos mismos puedan llevar a cabo una tarea determinada: solamente preparamos el entorno y damos el soporte que necesitan, pero evitamos que cualquier miembro del equipo haga la tarea para acabarla antes. Los usuarios y sus motivaciones son los que van haciendo evolucionar la dinámica de actividades del centro en el transcurso del tiempo.