Escuela Ramon Llull

Monjas, perros y criaturas

 Si el paso del tiempo los respeta, los edificios perduran y se convierten en observadores pasivos de la evolución de las ciudades. Este es el caso de la hoy Escuela Ramon Llull que, con casi un siglo de existencia, ha funcionado tanto como convento religioso o refugio para perros como, actualmente, centro de enseñanza público de Educación Primaria y Secundaria.

 En 1916, el Ayuntamiento de Barcelona impulsaba la Comisión de Cultura, una iniciativa que perseguía establecer una red de escuelas públicas en toda la ciudad. El arquitecto José Godoy fue el encargado de diseñar el nuevo edificio novecentista de la derecha del Eixample que, hasta entonces, había acogido un convento de monjas. Aunque las obras comenzaron en 1918, los impedimentos derivados de la dictadura de Primo de Rivera retrasaron su inauguración hasta el 1931, con la proclamación de la Segunda República.

 A lo largo de los años, la escuela ha experimentado varias rehabilitaciones. Algunas de las más destacadas han sido la realizada en 1992 en el marco del proyecto 'Barcelona, ​​ponte guapa' -por los Juegos Olímpicos celebrados en la ciudad- o, la más reciente, a cargo del nieto de Godoy y también arquitecto, Marc Cuixart. Las diversas reconstrucciones, sin embargo, no han impedido que los vecinos y vecinas del barrio continúen refiriéndose a la escuela como Convento de los Perros. Una denominación surgida después de que una jauría apoderara del centro  durante el periodo de impasse desde que las religiosas abandonaron el centro hasta que los alumnos dieron la bienvenida a la nueva escuela.